Los adelantos tecnológicos, deleitan al mundo entero. Coches inteligentes, tractores con inteligencia artificial, hogares inteligentes y ciudades inteligentes.

Aunque todavía parece ciencia ficción, lo cierto es que en menos de lo que creemos todos los coches serán inteligentes. De hecho alertan a conductores que han bebido y comunican el hecho para que presten asistencia. Reducen la velocidad y estacionan el vehículo. Muy pronto también se conectarán por GPS para conducirlo al trabajo.

Sin embargo, los adelantos tecnológicos también traen su par maligno, los ciberdelincuentes. Es una moneda de doble cara. Toda esta maravillosa tecnología, atrae el riesgo de la ciberseguridad.

Es una realidad que avanza cada día. Ya las diferentes empresas en todos los países del mundo consideran los seguros de ciberriesgos una necesidad y una obligación.

Las ciudades inteligentes

En este sentido, el tejido informático o red inteligente que conecta millones de dispositivos en una ciudad para que todo sea más eficiente, está en peligro. Las llamadas Smart Cities, controlan los semáforos, el servicio de agua y alumbrado público, por ejemplo. Las ciudades de todo el mundo son cada vez más “inteligentes”. Tiene cada vez más dispositivos.

Se estima que para el 2020 habrá más de 50.000 millones de este tipo de dispositivos conectados a Internet. Con él, cambiará nuestra forma de vivir y de interactuar con la ciudad y los servicios públicos que ofrece.

En este sentido, Hervé Lambert, Global Consumer Operations Manager en Panda Security señala, “Lo preocupante es que las Smart Cities están implementando todos estos dispositivos sin tener muy en cuenta la ciberseguirdad y todos los riesgos que esto acarrea”.

“En el hipotético caso de que unos hackers atacasen una ciudad inteligente para multiplicar la petición a la red de electricidad o a la del agua, o para apagar todos los semáforos de un barrio, se generaría un caos incalculable con consecuencias catastróficas”.

Posibles consecuencias de un ciberataque en una cuidad inteligente

  • Una ciudad inteligente desde un puesto de mando central, puede modificar el estado de los semáforos. Para descongestionar una calle por ejemplo. O poner todos los semáforos en verde para dar paso a una ambulancia. Sin embargo, el riesgo de que unos cibercriminales tomen el control podría ocasionar innumerables accidentes.
  • Por otro lado, la gran cantidad de avances de la Smart City están relacionados con los coches inteligentes. Cantidad de puntos de carga eléctrica, sensores en las calles para indicar dónde aparcar. E inclusive, considerarán incluir aplicaciones que indiquen que vía tomar para evitar el tráfico.

Sin embargo, un ciberataque que contemple apagar todos los coches a la vez, puede congestionarlo todo. Se generarían terribles embotellamientos y cantidad de personas quedarían encerradas en sus coches sin  llegar a destino.

  • También podría colapsar la red eléctrica. En Europa la regulación todavía no permite grandes avances en la autogestión de la electricidad de los hogares. Pero en algunos años miles de casas serán autosuficientes.

Las empresas eléctricas gestionan toda la red desde dispositivos en las casas. Esto convierte a la Smart Grid., en un peligro potencial. Si los hackers toman el control podrían dejar a oscuras una ciudad entera en pocos minutos.

  • Asimismo ocurre con la Smart Grid que lleva el agua a la ciudad. Las ciudades inteligentes pueden detectar dónde se produce una fuga y cortar la presión para que la arreglen.

Los hackers podrían cortar el agua de barrios enteros o dejar sin agua toda la ciudad. O, por el contrario, subir la presión para reventar las tuberías o encender todos los aspersores del riego público.

  • Igualmente pero con peores intenciones, podrían envenenar el agua de un barrio, si los hackers acceden al centro de procesamiento del agua de una smart city.
  • En breve, las ciudades inteligentes tendrán sensores similares a los beacons para saber si hay demasiada gente en una calle o medir la afluencia turística. Estos se conectarán de forma totalmente anónima a los móviles o wearables de los ciudadanos. Los hackers podrán desvelar los datos personales de una población entera.

Destaca Hervé Lambert, “… una smart city tiene millones de dispositivos y los ciberdelincuentes están siempre pensando en formas de atacarnos para sacar rédito económico o simplemente por causar daño”.

“Ya se vio hace poco en EEUU un ataque que dejó sin Internet a millones de personas y eso no era más que un aviso de lo que pueden hacer. Es necesario que haya un acuerdo global para una mayor ciberseguridad en las ciudades y todos los dispositivos que hay en ellas con conexión a Internet”.

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